06 enero, 2016

25 discos que deberías haber escuchado en 2015 (1 ª Parte)

Nuestras listas de lo mejor de 2015 concluye con este repaso a algunos de los mejores álbumes de música publicados durante este año. Se trata, como no podía ser menos, de una revisión personal acorde con nuestras particulares referencias musicales, pero sobre todo está concebida como un repaso emocional de discos que nos han acompañado (algunos casi obsesivamente) durante todo este año. Esta es nuestra propuesta.

Soak
Before we forgot how to dream
29 de mayo

Esta cantante irlandesa nos ha sorprendido con su primer álbum. Complejo en su producción musical, contiene grandes momentos que van desde los más melancólicos (24 wounded house) hasta los más contundentes (Garden). Si puedes estar atento a las letras de las canciones, la profundidad de las sentencias escritas por su autora son de caerse para atrás. No estamos ante el debut de un cantautor que canta al amor y a las mariposas del campo, sino de una gran vocalista que es capaz de crear geniales ambientaciones sonoras de un tono a veces dramáticamente oscuro.




Ibeyi
Ibeyi
23 de febrero

También han debutado este año este dúo de hermanas cubanas que han creado una de las obras más apasionantes de la temporada. Recuperando la lengua yoruba africana (que aquí sirve también como interpretación de las canciones, junto al inglés), Ibeyi es una amalgama de referencias musicales, desde el hip hop hasta las percusiones africanas que sirvieron de punto de partida a los sones cubanos (Miguel "Angá" Díaz, uno de los miembros de Buena Vista Social Club es el padre de estas dos hermanas). La contundencia del sonido de este álbum se sostiene sin embargo en pocos instrumentos y tiene momentos de grandiosidad como este River que es un canto a las raíces espirituales de los orishas. 





Kamasi Washington
Epic
8 de mayo

Estamos ante uno de los grandes discos de jazz de los últimos años. Estas tres horas de música contienen algunos de los momentos más excitantes que hemos escuchando durante estos meses, que que nos traen, como su propio nombre indica, una auténtica épica musical que se refleja desde el primer tema, Change of the guard, toda una declaración de principios de lo que estamos a punto de escuchar, con esas cuerdas y esas voces corales que dan a la composición un aire casi cinematográfico. El saxofonista Kamasi Washington ya está entre los músicos más reconocidos del panorama actual, y ha colaborado en otros grandes discos de 2015 como To pimp a butterfly, de Kendrick Lamar, del que hablamos a continuación. Que no se nos olvide, la inmersión de Kamasi en el clasicismo del Clair de lune de Claude Debussy es apabullante.



Kendrick Lamar
To pimp a butterfly
19 de marzo

Nunca habría imaginado que el mejor disco del año fuera un álbum de rap. Pero así es. La complejidad de la última entrega del rapero estadounidense es apabullante en todos y cada uno de los temas. Puedes empezar escuchando rap puro y terminar adentrándote en los vericuetos del jazz, no sin antes pasar por un poco de R&B y algo de soul. Todo en uno. Este álbum está repleto de colaboraciones estelares (George Clinton, Terrace Martin, el incombustible Pharrel Williams o Thundercat, entre otros), pero consigue mantener una coherencia narrativa en esta historia musical que empieza con la frase "Every nigger is a star" en el contundente Wesley's theory y termina con un homenaje a Tupac Shakir (Mortal man).



Low
Ones and sixes
14 de septiembre

Para muchos es el mejor álbum del trío formado por Alan Sparhawk, Mimi Parker y Steve Garrington. Desde luego, se trata de una espléndida incursión en los sonidos indie de esta veterana banda norteamericana. El comienzo, con ese Gentle que parece casi funerario, que contiene percusiones de sonoridad industrial, nos pone en la pista de una casi omnipresencia de la voz de Alan Sparhwak y un cierto cambio de estilo, manteniendo la fidelidad a su sonido habitual. Cuando parecía que una banda tan longeva como Low había caído en cierta desidia, este álbum nos presenta un panorama totalmente diferente. Y la certeza de que la veteranía puede ofrecer también propuestas novedosas.



Stacey Kent
Tenderly
13 de noviembre

El título del album lo dice todo. La cantante de New Jersey nos propone arroparnos con su suave voz en un repaso a algunos standards del jazz suave pasados por la delicadeza del guitarrista de bossa nova Roberto Menescal. La mezcla resulta apasionante, y da com resultado uno de esos discos que uno puede escuchar mil veces sin caer en la monotonía. Hay alguna incursión en la bossa brasileña, como el suave devenir de Agarradinhos, y están algunos clásicos inevitables como Embraceable you, pero en general estamos ante una selección nada complaciente. Una delicia para los oídos. 





Ólafur Arnalds / Alice Sara Ott
The Chopin Project
16 de marzo

La fascinante capacidad emocional del islandés Ólafur Arnalds nos cautivó desde que lanzó en 2007 su álbum de debut, Eulogy for evolution hasta su incorporación a la banda sonora de la excelente serie británica Broadchurch. Su último proyecto se acerca a un referente clásico del que se considera deudor: la delicada elegancia de Frédéric Chopin. Y lo hace con dos colaboraciones notables, la de la pianista japonesa Alice Sara Ott, y el productor alemán Nils Frahm (del que ya hablamos aquí gracias a su trabajo para la película Victoria). El disco nos ofrece incursiones en piezas de Chopin, especialmente los Nocturnos, que se dan la mano con esas composiciones etéreas y envolventes a las que nos tiene acostumbrados Ólafur Arnalds. Así, el cuarteto de cuerda se fusiona con la exquisita interpretación al piano de Alice Sara Ott, dando lugar a pasajes de una belleza inmensa, como el arrebatador Eyes shut - Nocturne in C minor o la sutil cadencia de Verses.



Leon Bridges
Coming home
24 de junio

Que Leon Bridges es uno de los descubrimientos de 2015 es algo indudable. Su álbum de debut es una de las joyas musicales que nos ha ofrecido el pasado año, y le convierte, a sus 25 años, en uno de los alumnos aventajados del sonido soul. Este es uno de esos discos que te atrapan desde el principio gracias, más que a la cuidad producción musical de cada una de las canciones, a la personalidad de un cantante que tiene mil matices en esa voz dulce y negra en notables aportaciones como River o ese Coming home que da título al álbum. Su aportación a la banda sonora de la película Concussion (La verdad duele), protagonizada por Will Smith, podría darle también una nominación al Oscar, que sería el colofón a un año afortunado para él (y para nosotros).





Benjamin Clementine
At least for now
30 de marzo

La trayectoria de Benjamin Clementine le ha aportado un bagaje emocional suficiente como para construir auténticas obras de arte con las palabras. Criado en una familia de profundas convicciones religiosas, desarrolló su faceta de poeta en París y a su vuelta a Londres (la necesidad de volver la describe en London), publicó este álbum que pone los vellos de punta. Con influencias confesadas de Antony Hegarty, Clementine tiene una forma única de interpretar las canciones, desacompasado, rasgado. Su aparición en el programa de Jools Holland en un video que se hizo viral, pies descalzos, ojos emocionados, voz rota, nos emocionó. El álbum presenta sus credenciales con dos grandes temas, Winston Churchill's boy y Then I heard a bachelor's cry. Y a mitad de camino encontramos el magistral Condolence. Imprescindible. 



Sufjan Stevens
Carrie & Lowell
30 de marzo

Aunque a este cantante norteamericano le conocemos desde hace años, aquí se nos ha revelado con su mejor trabajo. El título del disco hace referencia a su madre Carrie, que sufrió esquizofrenia y adicción a las drogas, y abandonó a sus hijos en un videoclub, como cuenta en la estremecedora Should have known better ("when I was three, three maybe four, she left us at that video store"). Por su parte, su padrastro Lowell, casado durante cinco años, marcó la infancia de Stevens con esos viajes de los que habla en varias ocasiones (Carrie & Lowell, Eugene). Estamos ante una autobiografía descarnada de Sufjan Stevens, y esta apertura emocional se agradece. Y encontramos algunos de los momentos más conmovedores de su carrera, como ese Fourth of July en el que canta a su madre sobre su muerte. 




Hindi Zhara
Homeland
13 de abril

La cantante marroquí afincada en Francia nos ha devuelto este año ese recorrido por diversos estilos musicales (blues, chanson, soul...) que ya nos enganchó en Handmade. Aquí se nos despliega a través incluso de sonidos latinos (Can we dance, La luna) con colaboraciones de músicos notables como el percusionista Zé Luis Nascimento, o la guitarra del marroquí Bombino en ese homenaje a las montañas marroquíes y los tuaregs con el que se abre el álbum (To the forces). Esta mezcla de coherencia musical incuestionable se grabó entre París (Francia), Esauira (Marruecos) y Córdoba (España). Y esta diversidad de lugares refleja el amplio bagaje musical de una de las grandes cantantes del panorama internacional. 



Adele
25
20 de noviembre

El tan esperado último álbum de Adele llegó por fin a finales de 2015. Después de muchos comentarios sobre su proceso de composición y grabación, Adele se presentó una vez más como la gran diva de la canción británica. Bien es verdad que no vamos a encontrar en los discos de Adele, por el momento, demasiadas profundidades narrativas. Aquí, como en 21, el principal motor temático es el amor y sus variantes (amantes, ex-amantes, enamoramientos, abandonos...), pero la producción musical y sobre todo esa forma de interpretar entre la melancolía y el desgarro tienen la culpa de que una vez más Adele nos acabe arrebatando los sentidos. Hay grandes momentos como el emocionante Million years ago, o ese Hello con el que Adele comenzó a romper las listas de ventas a finales de noviembre. 





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